Una historia. Solo lo usaba en ocasiones especialmente formales, y estaba completamente seguro de que aquella noche no iba a serlo ni mucho menos. Dijo que guardaba todos los nombres y direcciones en la cabeza.
A Dominik no le gustaban los pubs. Dominik hizo lo mismo. Tomaron asiento en el banco de madera, al otro lado de la mesa y frente a la pareja. Seguro que no eran sus nombres verdaderos. Kevin fue a la barra a buscar las bebidas. De peluche de color rosa. Dominik le sacaba una cabeza. Sus bocas se separaron brevemente, ella dio un suspiro profundo. Y unos ojos grises rebosantes de preguntas. Un interior caliente. Pero no me digas que esa mujercita no era mona.
El parque de Hampstead Heath era el mejor destino. Un lugar para los secretos. La mujer le dio las gracias con un leve movimiento de la cabeza. Todo muy irracional. En el recelo de la joven cuando se conocieron. El cenador. Era de rock, hombre.
Me invitaron a verles tocar en Camden Town. Me han contratado para toda la semana. No me quejo. Me paso la mayor parte del tiempo leyendo revistas y me pagan la tarifa oficial. Se daba cuenta de que todo era un completo desastre. Entonces se dio cuenta de lo injusto que estaba siendo con su amiga. Solo intentaba ayudar. Simplemente no sale. Todo lo que se me ocurre es corriente, se ha hecho ya cientos de veces y sin duda mejor.
Tengo problemas. Para encontrar una historia. Desde la ventana de la cocina vio una furgoneta roja de Correos. Las ideas surgen de la nada. No tienen sentido. Se dejan caer en tu regazo sin avisar. Fue como si se hubiera accionado un resorte. El instrumento. Sus viajes. Como si hubiera estado ciego todo el tiempo y hubiese pasado por alto lo evidente. S — iempre supe que eras una caja de sorpresas —dijo Fran en tono arrogante.
Iba reclinada en el asiento trasero del coche con la cabeza casi apoyada en el hombro de Chris. Dominik fue mi primer amo, pero fue Charlotte quien me introdujo en el mundo del fetichismo. Es perfecto. Apuesto a que Viggo Franck tiene un camerino lleno de mujeres desnudas. Desde que salieron los carteles creo que me han llamado todas las mujeres que conozco para pedirme pases de camerino. Ella siempre va directa a los chicos malos. Era una buena foto. Desaparecieron entre la multitud y dejaron que me las arreglara sola.
Estaban emitiendo un corto por circuito cerrado. Su pareja iba completamente vestido de negro, con vaqueros y camisa.
Ambos se levantaron y desaparecieron en la noche. Hemos mirado en todas partes. Era Dominik. Ella estaba tendida de espaldas con la boca entreabierta, roncando suavemente. Ni Fran ni Chris volvieron a mencionar aquella noche. El hecho de que otros lo vieran como una simple salida nocturna me irritaba un poco. Chris pasaba la mayor parte de la semana ensayando con su grupo.
A vernos tocar. Los chicos han preguntado por ti. Llevaba unos vaqueros de pitillo de color rojo y un chaleco negro. Era una mujer de extremidades largas, figura masculina y brazos musculosos. Encantado de conocerte. No te los bebas todos de golpe. Intentaba actuar con normalidad, pero en realidad no estaba muy acostumbrada a tratar con famosos. Ninguna de ellas era como Viggo Franck. O al menos yo. Me entraron ganas de alargar el brazo y tocarlo, de recorrer su piel suave con la mano.
Es un instrumento especialmente hermoso. De un tratante, creo. Edwina Christiansen. Solo era curiosidad. Me gustan los objetos bonitos. Pero, en esencia, Viggo era el patrocinador de los Groucho Nights. A veces lo echaba de menos, cuando pensaba en ello. Las camareras que bailan en bikini no son mi estilo.
Es como si se convirtiera en otra persona cuando toca. Vaqueros negros de tiro bajo, botas de cuero y una camiseta desgastada.
A por ello. Con nadie. Aplaudieron cuando entramos. La mirada de Viggo se entretuvo en los pantalones cortos de Fran. Les encantaste. Cuando llegamos eran alrededor de las dos de la madrugada y el vecindario estaba sumido en una calma sepulcral. No me gustan las cosas que no son ingeniosas. Era Luba. No obtuvo respuesta. No creo que pueda ayudarlo.
Pero no demasiado temprano. Tal vez podamos arreglarlo para vernos. Dos veces, de hecho. No dio muestras de reconocerlo. Estaba claro que no se acordaba de Dominik. Lo condujo a la sala de estar. Era el cartel del primer concierto en solitario de Summer. Es muy peculiar. Muy interesante, ya lo creo. Me basta como pasatiempo. Estaba pensando en escribir algo sobre instrumentos musicales. Una novela. De hecho, durante la quincena que tuve el instrumento bien guardado en la tienda de Burlington Arcade hubo dos intentos de robo.
Es muy sospechoso. Llevaba demasiado tiempo dirigiendo el negocio y ya me estaba hartando del trabajo. Pero no deje que lo aburra charlando sobre tasas e impuestos… —No, estoy fascinado. Parece una mujer imponente. Recuerdo bien las caras. Es posible que fuera en un concierto. Pero cuando se vieron saltaron chispas y enseguida se convirtieron en amantes.
Unos matones contratados por el marido atacaron a Bailly y le dieron una paliza terrible. Lo cierto es que no se tiene constancia de que existan violines con su nombre desde entonces. Los expertos quedaron desconcertados. Pero cuando los beneficiarios de la herencia fueron a recuperarlo no lo encontraron.
Lo siguiente que se supo del Angelique es que estaba en Francia. Edwina era la oveja negra de una familia burguesa y una mujer de belleza extraordinaria a decir de todos. Se encontraba en una zona que se iba a reconstruir y los familiares lejanos contrataron a un abogado para que dispusiera de todas las cosas como mejor le pareciera. A usted. Gracias por su tiempo. Me ha dado mucho en lo que pensar.
Vio a Summer como Angelique. Iban vestidos de negro. Como en respuesta a ello, los hombres que estaban a ambos lados de Summer en el cenador se desabrocharon los pantalones y avanzaron hacia ella con un brillo de malas intenciones en la mirada.
O una pesadilla. Desde luego me despertaste. Tuve que contenerme para no subir a tu dormitorio a echar un vistazo. Por mucho que hubiera querido hacerlo. Estaba abierta, pero Lauralynn era considerada. Pero es que ha surgido algo. No es muy grave. Puede que pierda un dedo, pero le han salvado la mano. Voy a dejar la fecha de vuelta abierta. Eres un buen amigo. Viggo, Fran, Chris. Esto ha sido muy excitante. No te preocupes. Como si llevara zapatos sin calcetines. Mi mejor amigo y mi hermana.
Siempre te queda Luba. Sobre todo con un vestuario tan diferente. Normalmente las mujeres como Luba no me excitaban tanto como los hombres. Mis predilecciones, por regla general, iban siempre a favor de la testosterona. Ella y yo estuvimos a punto de tener una especie de aventura, o al menos eso me imaginaba. Su proximidad hizo que se me pusiera la piel de gallina. Te lo agradezco. Y sobre el hombre con el que estabas. Con el resto del equipo.
Suelo llevarlo siempre conmigo. Incluso en mis actuaciones. Fue subiendo una mano poco a poco por debajo de la falda, buscando la cinturilla de las medias.
No te muevas. Hice que se levantara otra vez y le di un beso lento y profundo. Me gustas mucho. Ven a la cama. Hazlo despacio.
Quiero mirarte. Es muy excitante. Martens de charol rojo cereza. Martens rojas. Es todo un arte. Sus movimientos eran firmes y concienzudos. Si empiezas despacio. Vas a llevarte una agradable sorpresa. No va dentro de ti. Nunca llego al orgasmo tan deprisa. Me cuesta creerlo. Viggo fue fiel a su palabra. Estaba cubierta de sudor y unos mechones de pelo se me pegaban a la cara. El cielo empezaba a clarear. Solo estoy entrando en calor.
Estaba lleno de mensajes de Fran y Chris. Estamos haciendo tortitas». Chris, Ella y Ted estaban sentados en los taburetes, tenedor en mano, listos para atacar la comida. Chris estaba sentado con los hombros hundidos, con la pose de un hombre derrotado. O que al menos nos mencionen en alguna. La semana que viene tenemos un concierto en Brighton, si quieres venir.
Me encanta Brighton. No la he visto desde anoche. Estuve a punto de irme con Chris, pero una inquietud inconsciente hizo que me quedara. Deseos oscuros, peligrosos y a veces dolorosos. Nunca he sido una fisgona. Si quieres tomar prestado algo. Luba era hipnotizante, como una estatua desnuda que hubiera cobrado vida pero con todo el calor de un ser humano.
Viggo estaba en la ducha cuando llegamos al quinto piso. Ella se rio en voz baja. Era Chris. Tres llamadas perdidas, un mensaje de voz y uno de texto. Ha desaparecido. Aida, que se la chupaba como nadie, con un apetito insaciable La lista era larga. Y luego estuvo Kathryn, por supuesto. Le dijo que trabajaba de oficinista en Brighton. Cuando una mujer daba demasiados detalles sobre sus gustos, necesidades y deseos, normalmente recelaba. Liana era interesante. En cierto modo no esperaba que aquello pudiera resultar el amor de su vida, sino que lo ayudara a desterrar el fantasma y los recuerdos de Summer de una vez por todas.
Como una nube borrosa que se descompusiera y volviera a formarse. Un salvapantallas. No soy de esa clase de amos. Lo que importa no son las palabras. Los recuerdos. Resultaba un tanto abrumador y en absoluto incongruente, pero hizo que una sonrisa asomara a su rostro, teniendo en cuenta la naturaleza de su visita a Brighton.
Llevaba una gargantilla fina de seda en torno al cuello. Solo un indicio. Son cosas, ya sabes. Dominik contuvo el aliento. No puedo explicarlo.
Es la forma en que me siento cuando un hombre me desea de esta manera. Y en los de Summer. Para ser una mujer tan delgada su blandura era exquisita. Estuve a punto de desmayarme de dolor. Como las placas de los soldados. Pero rompimos antes de hacerlo. Soy lo que soy —dijo Liana con un firme deje de orgullo. Comprender su forma de ser. Al menos estaba el sexo. Aquel vago perfume estaba sazonado con su propio aroma natural, una mezcla sutil de especias, almizcle y notas florales verdes, el olor de una mujer.
El mismo olor que Summer. Se llaman Groucho Nights. Le dio el dinero. El concierto empezaba a las ocho y media. Faltaban casi cinco horas. Te lo prometo.
No te prometo nada. Solo espero que no se quejen si los molesto durante el ensayo. Se dio la vuelta. Seguido por Summer. Lejos de miradas entrometidas. Se cambiaron el nombre. Era hora de tomarnos un descanso. Pero tengo que volver a entrar pronto. Solo la segunda parte. Como ellos dicen, solo soy la artista invitada. Sea lo que sea lo que signifique.
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